En 2010, y con la intención de crear una red para compartir archivos offline, Aram Bartholl comenzó a incrustar pendrives (5 en total) en las paredes de Nueva York gracias a la utilización del cemento rápido. A esta tendencia se la denomino Dead Drops y, desde entonces, su número se ha multiplicado por 360 ya que se estima la existencia de alrededor de 1.800 puntos repartidos por todo el mundo con cerca de 25.000 Gigabytes de información en ellos.

Lo interesante de este movimiento es que el contenido de cada pendrive es desconocido ya que todas las personas que se conectan a ellos pueden modificar la información que estos contienen. Eso sí, este movimiento establece que, en caso de querer instalar uno, se deben seguir una serie de pasos:

• En primer lugar se debe leer el manifiesto de Dead Drops, donde se explica que este movimiento surge para rivalizar con el almacenamiento online a través de la compartición de información de forma anónima y offline con el fin de demostrar la libertad y distribución de datos.
• A continuación, se debe conseguir un dispositivo USB e introducirle el archivo “léeme.txt” con las reglas y el manifiesto Dead Drops, así como los archivos o la información que se desee compartir.
• Finalmente, se deberá utilizar cemento rápido para colocar el pendrive en una grieta y sacar 3 imágenes del lugar donde se ha colocado para subirlos a la web y que el resto de personas pueda localizarlo.

Por último, la web oficial del movimiento es la siguiente: https://deaddrops.com/es/

Alberto Fraile