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Lunes, 22 Septiembre 2014 00:00

Un acercamiento al archivo personal de Negrín

Todavía hoy existen archivos que, a pesar de su importancia, sorteando toda vicisitud, han llegado hasta nosotros prácticamente desconocidos, inexplorados. Tal es el caso del archivo personal de Juan Negrín López. Para los archiveros más jóvenes, a quien este nombre quizás nos toque muy de lejos, es obligado recordar que este curioso personaje, catedrático de Medicina, fisiólogo de profesión, maestro de eminentes científicos como Severo Ochoa o Grande Covián, se perfila como una figura clave para comprender las luces y las sombras de la política española y europea de mediados del siglo XX.

Diputado a Cortes en repetidas ocasiones, Ministro de Hacienda y de Defensa Nacional, y último Jefe del Gobierno durante la II República Española, Negrín tuvo una prolífica carrera política truncada, como la de tantos hombres y mujeres, por el levantamiento militar del general Franco. En 1939, terminada la Guerra Civil, habiendo triunfado el golpe del fascismo, Negrín se vio obligado a marchar al exilio, de donde nunca más regresó. Al hacerlo salvaba algo más que su vida: a la par que salía de España, lograba poner a salvo un tesoro para la Historia.

Integrado por documentos de todo tipo -desde correspondencia personal y papeles privados hasta documentación generada por los Ministerios de Hacienda y Defensa o por la Presidencia del Gobierno-, su archivo viajó con él hasta Francia. Allí lo preservó tan celosamente hasta el momento de su muerte, acaecida en París en 1956, que incluso durante mucho tiempo llegó a creerse que la existencia de este paquete documental era resultado del imaginario colectivo. Recientemente cedido en custodia al Cabildo de Gran Canaria por su nieta, Carmen Negrín Fetter, el fondo está compuesto por más de 150.000 documentos conservados hoy en Las Palmas, en la Fundación que lleva su nombre, responsable de su gestión.

De vuelta en España, gracias a un convenio logrado con el Ministerio de Cultura, el archivo fue sometido a un minucioso proceso de digitalización que ha originado cuatro copias. Una quedó para sus descendientes, una segunda para la Fundación, una tercera para los Archivos Nacionales de Francia, mientras que la última fue a parar al Centro Documental de la Memoria Histórica.

Los esfuerzos por abrir este legado de valor incalculable al público investigador han generado un completo cuadro de clasificación, que ya está disponible para su consulta, así como una extensa base de datos, resultado de un laborioso vaciado de autoridades, que pronto se pondrá en línea.

Según los responsables del tratamiento del fondo, hasta tal punto resulta desconocido este archivo que se cree que solamente un 5% ha sido explorado a día de hoy. Quizás por tal razón, en pleno ánimo difusor, la Fundación Juan Negrín acaba de inaugurar una exposición que rescata 32 fotografías inéditas, seleccionadas entre las más de 3.500 que integran la colección personal del político canario.

Estas 32 imágenes se organizan en torno a varias perspectivas -la mujer, el frente de guerra, las letras, la sanidad, el patrimonio…-, y rescatan escenas tan dispares como diferentes aspectos de la vida cotidiana del propio político o la destrucción del madrileño Palacio de Liria, residencia de los duques de Alba, que quedó reducido a sus cuatro fachadas por una serie de bombardeos que tuvieron lugar durante la contienda. Se trata, sin duda alguna, de una admirable iniciativa que sería aún mejor si pronto viésemos la muestra fotográfica convertida en una exposición virtual abierta al mundo.

 

Carlos Díaz Redondo Y Cristina Gómez Gutiérrez

Publicado en Actualidad

 

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